Al entrar a la sala vemos una cama en el centro del escenario rodeada por cuatro velos blancos en cada extremo. Una voz en off nos indica apagar nuestros celulares y nos prohíbe tomar fotos: habrá desnudos en escena. Las luces se disipan y empieza una proyección en el fondo. Una secuencia de fotos inéditas de Cris Miró en Orgasmo apocalíptico hace más de treinta años.

Cris Miró. Orgasmo apocalíptico es una obra remontada por Jorgelina Belardo, quien formó parte del elenco en los años 80. Su estreno fue el pasado 13 de octubre en el Teatro Multiescena y cuenta con la participación de Joel Castañeda, Agostina Pujol, Cris Juno, Agustín Bermúdez y Lefer Ibarra. Esta vez, Belardo asumió la dirección como una especie de homenaje y denuncia a la carencia de derechos y oportunidades de la comunidad LGTBIQ+, en especial, de las mujeres trans.
La obra está dividida en varios cuadros donde se explora la comunicación erótica sin hablar. En el primero, muy a modo de presentación, el vestuario y las luces son protagonistas para develar lo que se esconde debajo de unas túnicas: el cuerpo humano. En los siguientes, se explora la danza como registro corporal del amor entre los seres y, tienen la particularidad de resaltar los diversos talentos de cada interprete.
El lenguaje del cuerpo
La importancia de esta obra radica en la expresión no hablada, en la construcción de juegos corporales. Al principio del espectáculo, Belardo expone sobre el porqué de la importancia de recrear una obra con la finalidad de reconocer a una figura importante en cuanto a la lucha por los derechos de la Comunidad. Para ella, la pieza es la mejor forma de recordar que el amor trasciende las fronteras, que todo ser humano ama y experimenta todo tipo de sensaciones sin importar su género ni preferencia sexual. El amor, para ella, se vive en el cuerpo y esto es lo que busca plasmar el reestreno de esta obra.
Las intérpretes exploran la comunicación gestual a partir de coreografías. El cuerpo se transforma y habla como sucede en el cuadro protagonizado por Cris Juno y Lefer Ibarra. Este fragmento se desarrolla encima de la cama. Primero vemos a Ibarra en posición fetal, mientras que Juno entra al escenario y comienza un juego de caricias con una sutileza incomparable. Este cuadro, que podría situarse netamente en lo sexual, se convierte en una serie de movimientos físicos que basan su narración en un acto de amor donde prima el cuidado de la otra persona. Amar, en este sentido, va más allá de las palabras, se vuelve una construcción, una secuencia de movimientos que permite a ambos cuerpos dialogar.
Lo mismo sucede en otro cuadro donde la coreografía es más explícita. Joel Castañeda y Agustín Bermúdez recrean un acto sexual y para ello se despojan de todas sus prendas. Como espectadores somos testigos de lo que sucede en la intimidad de una pareja apasionada. De fondo, en el lateral derecho, primer plano; se encuentra Juno apoyando la escena con su voz. Este trío permite que la pasión de dos seres se transforme al ritmo de la canción Eu sei que vou te amar.
Uno de los cuadros es un vivo homenaje a Cris Miró, en él, Castañeda, intérprete principal en toda la obra, recrea una fonomímica muy al estilo drag. El vestuario y los movimientos permiten que la sincronía de los labios exprese la emoción de la pista. Un cuadro, totalmente dedicado a reconocer la importancia, elegancia y talento que tuvo Miró, una de las primeras vedettes trans de Argentina.
La obra, podría decirse, resulta ser un tratado sobre el cuerpo y el amor no binario. La sensualidad es parte elemental de cada cuadro, pero no se remite únicamente a buscar un acaloramiento o satisfacción en el espectador heteronormativo. Todo lo contrario, resulta ser una exposición del amor, un lenguaje que trasciende los géneros y que se vive de manera independiente en cada ser humano. Nos hace pensar en la sensualidad y erotismo que tienen los cuerpos en general. Romper con la idea anticuada donde la feminidad recae únicamente en el sexo femenino. La sensualidad y el erotismo recae en todos los cuerpos, sin importar ningún tipo de frontera. Para sellar con gran ímpetu esta idea, cada integrante del grupo sale al final del último cuadro mostrando su cuerpo tal cual es, elevando la dignidad y orgullo que les hace reconocerse como actrices y actores de un espectáculo que busca reivindicar sus derechos basado en la figura de Cris Miró.
Cris Miró. Orgasmo apocalíptico se presenta todos los jueves del mes del octubre en el Teatro Multiescena en la Av. Corrientes 1764 a las 20:30hs.
M. Andrea Soto
