Estrenada en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata en 2011, la ópera prima de Sebastián Caulier, «La inocencia de la araña» cuenta una historia centrada en dos jóvenes adolescentes que se enamoran del recién llegado profesor de Biología.
La historia tiene lugar en Formosa, ciudad de Argentina, donde dos chicas adolescentes Camila y Daniela (Renata Mussano y Lourdes Rodas, respectivamente) reciben con gran entusiasmo a Manuel (Juan Gil Navarro), su nuevo profesor llegado de Buenos Aires.

En una edad en la que los niños y niñas pueden descubrir que les gusta alguien, ellas caen perdidamente enamoradas de su profesor. Aunque la trama de primeras parece ser simple, entrañable y disfrutable, se convierte a medida que avanza en un relato dramático a consecuencia del nivel de obsesión enamoradizo de las niñas intentando atraer la atención del profesor.
Ellas creen que compiten por su amor con la profesora de gimnasia, Ana (Gabriela Pastor), quien comienza a acercarse a su compañero de trabajo Manuel hasta que comienzan a tener una relación sentimental.
El deseo fantasioso de las chicas de que sea solo suyo hace que sus pequeñas travesuras acaben ocasionando daños irremediables. Supongo que hay personas a las que les ha sucedido esto, «enamorarse» del profesor o profesora en la época estudiantil, y creo que sería hasta bonito de recordar como anécdota si el trato solo fue ese. Pero aquí le proporcionan ese tono aparatoso, donde se actúa con astucia pero con una gran inocencia.
La película es entretenida, en algunos momentos el diálogo de las dos menores hace enlentecer la narración, siendo esto salvado por los dos actores adultos y la banda sonora de la película.
Si quieres conseguir algo y parece imposible por hechos obvios, como es en este caso que nos acontece, mejor dejarlo estar y no tratar de que suceda algo realmente, porque puedes perder lo que antes, al menos, tenías cerca.
Ana García
