Rota es una obra escrita por Natalia Villamil, dirigida por Mariano Stolkiner y actuada por Raquel Ameri. Transita la incertidumbre de una madre por saber cómo fueron las últimas horas de vida de su hijo, quién, se suicida después de asesinar a su novia. El monólogo transita diferentes estados de ánimo de una madre que, en estado de shock, busca desesperadamente recrear el momento del crimen para aceptar que su hijo era un monstruo. Diariamente se dirige a la comisaría exigiendo saber los detalles de lo sucedido sin encontrar respuesta alguna. Todo esto se vuelve una excusa para reflexionar sobre el trato que la policía tiene sobre la mujer, sobre la hipocresía estatal respecto a la violencia de género y, finalmente, sobre el entorno familiar de cada individuo de la narración.

Estado de shock
La escenografía está compuesta por una proyección de fondo donde, como espectadores, vemos la frase Hijo de puta acompañada de dos manchas.
Todo esto es en color blanco y sugiere -además de los disparos del asesinato y el suicidio-, el señalamiento de la sociedad a una madre que, sin saberlo, tenía un hijo asesino. A esto se le suma dos hileras diagonales de luces led rojas ubicadas a cada lado del escenario, estas luces pestañean de acuerdo con el hilo narrativo e intimista que tiene la actriz, quién está de pie sobre un cubo negro. Dicho cubo se enciende cada tanto para recrear la imagen del hijo, pues, en su interior se encuentran sus zapatos.
Mientras nos ubicamos en la gradería vemos la imagen de la madre totalmente estática. Ella se encuentra de pie sobre el cubo negro mirando al horizonte. Su mirada es expresiva, lleva consigo un dolor y una sensación de culpabilidad por expiar. Solo cuando la gradería está en silencio empieza el monólogo. La mujer con la mirada fija comienza a describir y a hablar del cielo como una especie de anhelo por encontrar la calma. Es precisamente esta primera imagen la que llevará el hilo del monólogo, el cual, busca recrear el impacto del asesinato en la madre.
La propuesta se basa en la quietud para darle mayor protagonismo a la palabra escrita, es decir, como espectadores somos partícipes de la acusación y defensa que busca la madre sobre sí: ella no logra comprender en qué momento su hijo se transformó en un monstruo. Todo el unipersonal busca limpiar el nombre de la madre, quién narra los hechos cómo los imagina en su cabeza. A esa narración se le agrega las ocasiones donde ella, como mujer, también es víctima de violencia. Una especie de círculo vicioso que se expande y repercute en cada personaje de la trama.
La reconstrucción de la historia busca hacer alusión al nombre de la pieza de manera metafórica y literal. Es decir, la narración es fragmentada en un ir y venir de episodio a episodio de acuerdo con la culpa de la mujer, su cotidianidad antes y después del crimen y el habitar un lugar donde es señalada. Esta no linealidad nos vincula como espectadores a la multitud de pensamientos que tiene la madre. Una especie de choque entre lo que está sucediendo en tiempo presente, el pasado, la incertidumbre y la búsqueda de una verdad, la de ella, si es que existe.
La música acompaña ciertos momentos de estallido en la mujer a modo de interrupciones sonoras: la primera es una canción de 2 Minutos Ya no sos igual y la segunda Mujer amante de Rata Blanca. En ambas, la madre denuncia abusos de género e inconformidades sobre el trato que la sociedad tiene sobre la mujer. Esto, más allá de parecer el pensamiento del personaje parece la irrupción de la dramaturga sobre el feminicidio y la impunidad de multitud de crímenes que pasan a ser archivados en los entes de control.
Si bien la propuesta parte de la quietud, también esta se traslada a la voz de la actriz, quién de manera interpretativa logra encontrar una cadencia reiterativa en el texto, construyendo la voz de la madre de manera orgánica para dar con los altos y bajos de acuerdo con el momento dramático. Sin embargo, esta cadencia puede tender a volverse monótona y, sumando el poco movimiento físico, puede estancar la acción de la pieza. Impidiéndole encontrar mayores recursos o juegos escénicos que puedan explotar al máximo el talento de Ameri con relación a la escenografía.
Rota se presenta los sábados a las 20hs en el Teatro El Extranjero, Valentín Gómez 3380.
M. Andrea Soto
