Supe, apenas salió en cartelera, que tenía que verla. La adaptación de Gabriel Chamé Buendía del clásico de Shakespeare está protagonizada por los talentosos Matías Bassi, como Othelo; Elvira Gómez, en la piel de Desdémona, Bralancio, Montano y Bianca (sí, todos esos personajes); Nicolás Gentile, como Yago y el Duque; y Agustín Soler, interpretando a Rodrigo, Cassio, Emilia, Brabancio y Ludovica (sí, cinco personajes). Todos ellos le dan un giro de tuerca a esta tragedia clásica y lo convierten en un show de comedia clown donde lo principal es hacer reír.

Esta obra, perfectamente dirigida y producida por Gabriel Chamé Buendia ha sido llevada a países de Latinoamérica y Europa donde ha cosechado un gran éxito y sacado carcajadas a cientos de personas. La nueva versión del clásico logra su magnificencia gracias a la iluminación y la escenografía de Jorge Pastorino. El uso que hace de las luces rojas, blancas y azules nos muestra los acontecimientos y resalta a los personajes en sus escenas más dramáticas. La ambientación sorprende por contar una historia que transcurre en varios lugares diferentes, pero que en esta adaptación solo necesita de un piso de colores, una mesa con mantel blanco, cajas de madera grises, una pantalla blanca y otros elementos que serán útiles para la trama. Sebastián Fumarman, diseñador sonoro, no se queda atrás usando la música para causarnos temor en las escenas más oscuras. Es por esta música, el lenguaje vulgar en algunos momentos, y la violencia doméstica escenificada de forma realista, que no considero Othelo (no termina bien) para menores de 15 años. Si bien estos momentos son pocos, ya que se centra en la comedia, no deja de ser la historia de un hombre que asesina a su mujer por creer que ésta lo engaña.
Un factor negativo que es necesario mencionar es que la multiplicidad de personajes interpretados por un mismo actor y la complejidad de la trama hace que ésta sea poco entendible. Mucho de la historia se pierde, pero es el humor que varía desde golpes, gestos, voces y acentos cómicos, ruptura de la cuarta pared y chistes, lo que rescata y enaltece a esta pieza artística que a poco de empezar ya logra hacernos reír.
Son varias las herramientas que sirven a la comedia: la cámara de video que nos permite llegar al interior de los personajes en sus momentos más viles, la vestimenta que varía según el carácter de cada personaje, un trozo de tela que es usado para imitar el mar en varias ocasiones y una carpa de la que surgirán varias bromas.
Tengo que agregar que todos los actores rebosan talento. Quienes principalmente me sorprendieron fueron Elvira Gómez, Nicolás Gentile y Agustín Soler. Elvira Gómez muestra una gran habilidad para cambiar su voz y ejecutar cuatro personajes. Es admirable su capacidad para recordar diálogos en castellano antiguo y modificar su voz en una actuación de dos horas. Nicolás Gentile (a quien tuve la suerte de poder ver en escena en Magic Jam) siempre logra hacernos reír con sus gestos. Un detalle no poco importante a mencionar es que, a poco de comenzar la obra, pude escuchar a un hombre del público murmurar a su acompañante que estaba asombrado por su buena actuación. Otro detalle relevante es que era notorio que el actor sufría del calor del ambiente (algo visible por el sudor de su camisa y cuerpo) y aún así continuó con una actuación impecable. Agustín Soler es la gran revelación de Othelo (no termina bien). Este hombre nos deslumbra al representar cinco personajes (con personalidades muy diferentes) y mezclar voces y acentos. Es otro actor que puede interpretar varios papeles y recordar diálogos complejos durante dos horas. Fue un gran placer poder conocer su actuación y espero poder verlo en shows futuros.
Como habrán notado, esta obra me encantó. Es una pieza de arte que logra entretener apenas empieza y que provoca carcajadas a los pocos minutos. Gracias a la asistencia de dirección de Justina Grande y la de escenario de Sebastián Tornamira y Florencia Druetta, todos los presentes pudimos gozar de esta versión de Othelo sumamente cómica e ingeniosa. Sé que no soy la única en pensar esto debido a que, al finalizar la función, todo el público aplaudió exaltado y muchos nos pusimos de pie para honrar al equipo que hizo esto posible. No se la pierdan.
Belén Cantorna

He visto la obra y coincido con la crítica de Belén.