Belén Martínez lo hizo otra vez. La española nos regaló otra entrega del mundo de El vals de la bruja y los plot twist, el romance y la acción no faltaron.
El alma del brujo nos presenta a Liang, una hechicera que vive en Londres durante los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Su vida no es fácil, hija de un mago y una humana, ha sido excluida de la sociedad mágica muchas veces. Como si fuera poco, vive en condiciones humildes y ha tenido que sobrevivir a una masacre en su escuela. Pero todo empeora cuando conoce a Aleister Vale, un poderoso y carismático hechicero, y la piedra filosofal que intenta proteger. Sin quererlo, Liang quedará unida al objeto que le proporcionará increíbles habilidades y deberá colaborar con el brujo en su misión de mantener la roca alejada de aquellos que desean usarla para la guerra. Esta tarea la obligará a conocer maravillosos personajes, destapar oscuros secretos y enfrentarse a los sentimientos que siente por uno de sus mayores enemigos.

Una novela llena de personajes cautivadores, escenas de acción y misterio y un mundo que mezcla lo mejor de Harry Potter con Cazadores de Sombras, eso nos presenta El Alma del brujo. La escritora logra sorprendernos con una historia que critica el clasismo y el racismo a través de un mundo inventado. Además, nos regala la presencia de figuras del primer volumen que supieron hacerse querer.
Como punto negativo, debo mencionar que la trama se me hizo más lenta que El vals de la bruja y que pude prever las segundas intenciones de un personaje clave. Sin embargo, gran parte de la historia no me percaté de ellas.
El segundo elemento que no me gustó fue que, en comparación con el primer libro, el romance de los protagonistas se me hizo menos creíble. El interés sentimental de Liang deja ver un amor profundo por la misma en algunas escenas en las que aún no la conoce bien, quitándole credibilidad al relato. Aun así, disfruté de sus interacciones y del desarrollo del enemies to lovers.
El tercer y último factor que no me agradó fue una escena sexual entre dos hechiceros. Personalmente, no estoy de acuerdo con esta nueva moda literaria de mostrar amantes teniendo sexo sin protección, sin nunca sufrir consecuencias negativas. En muchos libros juveniles de las últimas décadas, las parejas tienen relaciones sexuales sin cuidarse y nunca se contagian de enfermedades sexuales ni se embarazan sin desearlo, problemas que sí ocurren en el mundo real. Esto toma aún más relevancia al considerar que muchos de los lectores de estos ejemplares son jóvenes. Creo que existe cierta responsabilidad en los autores al escribir estas escenas sin importar que ocurran en mundos mágicos o el real.
Le doy a este libro un ocho en mi escala de valores del uno al diez, siendo seis un aprobado.
Belén Cantorna
