La gran renuncia, de Lisandro Fiks (director y actor participante), reflexiona sobre la problemática actual vinculada a la hiperconectividad y el aislamiento que trae aparejado esta tendencia mundial y, a su vez, constituye una versión libre sobre La fiaca, de la pluma de Ricardo Talesnik, allá por 1967.
Resulta sencillo y fluido escribir sobre el trasfondo de esta pieza, dado que la sociedad toda se encuentra permanentemente al servicio de las notificaciones de sus dispositivos móviles, sujetos insomnes despabilados por sus clics, enceguecidos por el brillo de las pantallas. Tal como la obra expone, es un tema inherente a la realidad actual que afecta a la familia (y a otros vínculos) en su totalidad.

El protagonista (Gastón Cocchiarale) trabaja de manera estable en una agencia de publicidad hasta que decide renunciar y, en este sentido, también desprenderse de la principal vía de explotación de dicha empresa, su celular. En realidad, el conflicto se origina a partir de los reclamos de su mujer (Laura Cymer) por la falta de conexión y comunicación real de su parte.
Sus nuevos ideales se desmoronan cuando el nuevo excluido del sistema se entera de que su abuelo (Luis Brandoni) se ha amigado con la tecnología y celebra las facilidades y servicios de las redes sociales y la existencia de las videollamadas. De esta forma, además de darle y de asegurar permanentemente un tono humorístico a la pieza, se pone en evidencia la intención de despolarizar la cuestión, generando un entramado ambiguo que no pretende demonizar a la hiperconectividad, sino generar mayor conciencia a la hora de usarla, aunque su mirada se incline más sobre sus aspectos negativos.
Si bien las actuaciones de cada integrante del elenco (Gastón Cocchiarale, Laura Cymer, Abian Vainstein, Romina Fernandes, Lisandro Fiks) son profesionales y dinámicas, optaría por una apertura más física que verbal, ya que por momentos los diálogos se vuelven un poco densos y le quitan el verosímil, recayendo, por momentos, en explicaciones apresuradas. Por otro lado, podemos destacar la escena íntima de la pareja, por ejemplo, por su pureza teatral y su simplicidad, ya que además de ser graciosa, resume perfectamente el núcleo de la obra. Además, resulta destacable el trabajo actoral del padre del protagonista, dado que eleva la energía del desarrollo dramático en el momento adecuado.
Por último, me quedo con el tono bizarro que tanto me entretiene, característico de la dirección de Lisandro Fiks, medido oportunamente para no excederse e irse hacia lo vulgar y perder el sentido de la pieza. Esto se percibe en la escena que se podría denominar Corazón Valiente, la cual vale la pena presenciar. A su vez, me llevo esas ganas de vivir propias del personaje principal que se resetean frente a la adversidad, y que impulsan la sublevación y despertar ante estas nuevas costumbres.
La gran renuncia está los viernes a las 22 h en Teatro Picadero.
Ficha técnico-artística:
Elenco: Gastón Cocchiarale, Laura Cymer, Abian Vainstein, Romina Fernandes, Lisandro Fiks
Versión: Lisandro Fiks
Mapping: Juan Selva
Diseño Iluminación: Agnese Lozupone
Diseño Escenografía y Vestuario: Micaela Sleigh
Producción: Complejo Teatral de Buenos Aires
Producción Ejecutiva: Juliana Barisci
Fotografía: Carlos Furman
Música Original: Daniel «Pipi» Piazzolla – Lisandro Fiks
Dirección: Lisandro Fiks
Producción General: Gastón Cocchiarale – Lisandro Fiks
Asistente de Dirección: Marcelo Chiyik
Ornella Marando
