El trío Sardelli logró sus primeros estadios River consiguiendo dos Sold Out.
Airbag presentó su nuevo álbum “El Club de la Pelea I”, siendo una total fiesta la banda alcanzó la cima de su carrera con dos noches históricas, el 31 de mayo y el 1 de junio de 2025, en el Estadio Monumental de River Plate. Un hito que no solo consagra su trayectoria, sino que también confirma su lugar entre las grandes bandas del rock nacional.

Estas dos fechas de 2025 quedarán tatuadas en la memoria de los miles que fuimos parte de lo que, sin exagerar, fue un evento histórico. Más de 130.000 almas latiendo al ritmo de una banda que hace años viene escribiendo una historia sin atajos, construida con esfuerzo, talento y un amor incondicional por la música, de tocar en su garaje en Don Torcuato a dos estadios llenos en el barrio de Núñez.
No fue solo un recital, fue una celebración de todo lo que Airbag representa. Desde su inicios en bares y pequeños escenarios hasta llenar el estadio más grande del país, los hermanos Sardelli demostraron que su lugar en la cima no es una moda pasajera de banda adolescente, sino el resultado de años de rock.
Ocho Luna Park, Argentinos Juniors, dos Movistar Arena, cuatro Vélez, y ahora dos Monumental. Todo eso, en apenas tres años.
“Esta es la verdadera fiesta, wacho”, se escuchó en un momento. Y así fue. Una fiesta de rock crudo, auténtico, sin filtros. Los pogos fueron un capítulo aparte: salvajes, emocionantes, inevitables. En “Huracán”, “Kalashnicov”, “No confíes en tu suerte”, “Como un diamante” y “Solo aquí”, el campo de River vibró en lo más alto, porque sin dudas, Airbag tiene el mejor público.
Con un setlist de más de 26 canciones, entre ellas 10 de su nuevo álbum “EL CLUB DE LA PELEA”, sonaron más clásicos anteriores de la banda de “Mentira la verdad”, “Libertad” , “Al parecer todo ha sido una trampa”, “Airbag” y no podía faltar, Patricio se sentó en el piano y arrancó con una improvisación que incluyó “Para Elisa” y “El sueño del pibe”, de Osvaldo Pugliese. El tango volvió a aparecer dos veces más en medio de tanto rock. “Adiós Nonino” fue enganchada al Himno Nacional cuando la banda se sumó al solo de guitarra.
Más allá de la emoción, lo que flotaba en el aire era un sentimiento compartido: orgullo.
Orgullo por una banda nacional que nunca se rindió. Que soñó desde pibes con vivir de esto y lo logró. Que nos enseñó que la perseverancia y la pasión pueden llevarte a lo más alto del rock.
Desde el primer acorde hasta el cierre simbólico a media noche con el tango “Por una
cabeza” de Gardel, los fans no pararon de cantar, saltar y emocionarse. El estadio vibraba con cada riff, cada solo, cada palabra que salía del alma de ellos.
Airbag ya no necesita demostrar nada. Lo hicieron todo. Y lo hicieron con el corazón. Y así fue. Mientras se apagaban las luces del estadio, Guido Sardelli se despidió con una frase que resonará por mucho tiempo en los corazones airbakeros: «Gracias, amigos. Nos vemos donde sea, cuando sea. Siempre.»
Aixa Martínez
