Ahogados en La Pensión de las Pulgas
Siempre asocié las obras de teatro a telones, intermedios, cambios de escena y un espacio entre la obra y el público frente a ella; por mencionar algunos elementos que idealizo cuando pienso en una representación.
El día que se estrenó la obra asistí por primera vez a La pensión de las Pulgas, donde me volvieron a recordar el encanto de romper normas previamente conociéndolas. Así es como AHOGADOS, adaptación de la novela escrita por Carlos Eugenio López, es llevada a escena por Raúl Prados, debutando como director, quien logra lo que cualquiera en su puesto se propone: que el espectador salga distinto a como entró y se lleve algo consigo tras los aplausos. No solo el lugar y la puesta en escena me fascinaron, la sensación continuó en cuanto un tema de salsa cubana sonó iniciando un difícil recorrido a través de lo que me resultó un existencialismo crudo.

En un baño recubierto de plástico, aséptico e iluminado por neones y una pequeña ventana que más que iluminar murmulla, se mata.
Dos hombres, los protagonistas, encarnados por Jesús Gago y Txabi Pérez discuten, reflexionan y recuerdan. Ya van 29 árabes, ”moros” como así los llaman, asfixiados en bañeras hasta arriba de agua salada desde que nuestros personajes recibieron el primer trabajo.
En este caso, un niño, 20 años, un cualquiera que no estaba donde debería estar. Tal vez la solución hubiera sido quedarse en casa, en su país, de donde jamás debería haber partido. Mientras esperan la llamada que les permitirá partir con el cadáver y completar el asunto surge el diálogo que nos absorbe de principio a fin.
AHOGADOS hace referencia no solo a quienes mueren a manos de estos sicarios si no a todos nosotros, oprimidos por nuestras propias ideas, las de los demás, sus acciones y la pasividad de otros tantos.
A veces hace falta que nos lo recuerden al igual que con hechos pasados caemos en la cuenta de lo que somos a día de hoy tanto individualmente así como en comunidad social. Puede que estas reflexiones vengan dadas de diversas maneras ya sea por amigos, libros e historias, escuchando una canción que te gusta o bien gracias a función íntima, original y cercana en un pequeño teatro madrileño de gran potencial.
REPARTO: Jesús Gago, Txabi Pérez
EQUIPO ARTÍSTICO
Vestuario: Pier Paolo Álvaro
Escenografía: Roger Portal
Diseño gráfico: Roberto Rojas
Fotografía: Carmen Prieto Ramón
Video: Nacho Rodríguez
Espacio sonoro: Ruth Rubio
Ayudantía de dirección: Yaiza Ramos
Dirección y producción: Raúl Prados
Elías Angerami
