Ana y Wiwi (de Lorena Romanín) poetiza la tragedia que continúan viviendo los animales no humanos: su explotación y exterminio. En un marco campestre, cuenta la historia de Ana, una niña que perdió a su mamá y que encontró una gran compañía en otro ser sintiente: un ternero llamado Wiwi. La pieza está compuesta por un alto contenido musical y arte titiritero.

El conflicto desencadenante atisba cuando Ana comienza a tomarle mayor cariño a su amiga Wiwi, mientras que las visitas interesadas que recibe de la dueña del campo (Jorgelina Vera) -jefa de su padre (Mariano Mandetta)- aumentan su frecuencia. El objetivo de este personaje será vender a Wiwi y condenarlo a su fatídico destino, por lo que, con este fin subyacente, irá ejerciendo presión sobre Ana y su padre. El desempeño de la patrona será una parte fundamental para hacer avanzar la trama y mantener la atracción del público.
La propuesta, además de brillar por su sensibilidad, se ha esforzado fervientemente en orientarla al público infantil, ya que consigue construir un relato muy duro y suavizado a la vez, logrando matizarlo a la perfección, de modo que cada uno de los dos receptores realice su lectura correspondiente. Los niños y las niñas empatizan con Ana y buscan relacionarse con Wiwi, sobre todo mientras estos personajes recorren las butacas. Al mismo tiempo, madres, padres, tutores ríen con las gracias que hacen los gauchos y con los textos de la figura malvada. Además, la pieza capta la atención de los pequeños gracias a las expresiones faciales caricaturescas, la permanencia de los estímulos (incluyendo a un fantástico payador) y el predominio de la gestualidad y la musicalidad, en lugar de la pura o predominante verbalidad como herramienta principal. Por último, cabe destacar también, entre otros, la escenografía rural y el virtuosismo con las boleadoras y en el manejo del títere o marioneta. La totalidad del elenco junto a los recursos conocen bien sus roles y se complementan ofreciendo un producto sumamente entretenido, que consigue remontarnos a su propia atmósfera y que se prohíbe a sí mismo tropezar con la vulgaridad y el simplismo.
Ana y Wiwi es una obra bella, dinámica y sencilla, que no subestima a las infancias y que interesará también a las personas adultas.
Se puede ver en Timbre 4 los domingos, jueves o sábados a las 15:30 h, dependiendo de la fecha elegida.
Ficha técnico artística
Dramaturgia y dirección: Lorena Romanin
Actúan: (Ana) Luciana Grasso | Brenda Lem, (Wiwi) Daniela Fiorentino, (Papá) Mariano Mandetta, (Dueña del campo) Jorgelina Vera
Músico en escena y composición musical: Yacaré Manso
Diseño de escenografía y vestuario: Gabriella Gerdelics
Realización de escenografía: Equipo del Centro Cultural San Martín
Diseño y realización de títere: Alejandra Farley
Diseño de luces: Diego Becker
Fotografía: Yamila Nair Williams & Federico Cosso
Audiovisuales: Matías Sánchez de Bustamante
Asistencia de dirección: Pablo López
Ornella Marando
