La puesta en escena de El silencio de la carne rebasa amor. Pero es el dolor devenido amor. El abuso transformado en amor por sobrevivir, mediante el arte emancipador y dos cuerpos satíricos; y el amor por la generosidad artística.

Jorge Thefs y Agustina Barzola Würth nos embelesan con su talento multidisciplinario: no existen recursos indómitos para ellos y, además, regulan las energías con la precisión de un reloj. Es admirable. La purpurina, el gloss y el tornasol nos enceguecen y nos invitan a danzar en su poética. Todo resulta muy cuidado y a la vez, disruptivo, tanto desde la convención, como desde lo narrativo. En cuanto a la trama, exponen temas autoficcionales, basados, principalmente en dos historias troncales, cuyo denominador común es el silencio: la muerte de un compañero y los abusos perpetrados por un profesor.
Esta performance ofrece un permanente contacto con el público, hasta llegar a besarlo (literalmente) y cumple con rigor la premisa de to create together (Lehmann), simplemente dando el texto con generosidad y apartándose a un lado en aquellos momentos oportunos, siempre recordándonos que existe una convención y está para ser atravesada.
El trabajo expuesto mediante los lenguajes escénicos es impecable en su totalidad, aunque cabe destacar la participación del pianista que va marcando los hitos de la pieza y, entre otros roles, es el responsable de recibirnos y despedirnos. Por otro lado, vale mencionar la brillante colaboración dramatúrgica de Maruja Bustamante , la cual deja ver su tono.
El silencio de la carne es una puesta original, transgresora y emotiva, de esas que dan ganas de rever para continuar descubriéndolas.
Hoy jueves 27 de abril a las 21 h se celebra la última función en Nün Teatro Bar.
Ficha artística
Colaboración dramatúrgica: Maruja Bustamante
Puesta en escena: Juliana Ortiz, Rosario Ruete, Agustina Barzola Würth y Jorge Thefs
Performers:Agustina Barzola Würth y Jorge Thefs
Dirección General, autoría, idea:Jorge Thefs
Ornella Marando
