Jugando en un tiempo dormido (de la autoría de Jorge Giglio) evoca la magia de las infancias, contaminada por la aspereza del drama. Su conjunto de lenguajes genera esta atmósfera, lúdica y decadente.
El hecho teatral (dirigido por Lizardo Laphitz) narra el conflicto de un matrimonio abrumado (Emiliano Delucchi, Agustina Saenz), principalmente, por la crianza de un sobrino con trastornos mentales y la convivencia del mismo con su hijo.

Jugando en un tiempo dormido propone un juego en el cual el espectador viaja a través del tiempo de la historia y del propio, mientras acompaña con atención los picos de tensión de cada diálogo intrafamiliar. Las actuaciones son profundas y existe un trabajo sobre la conexión entre el elenco. Sería interesante, desde la dirección, indagar más sobre el papel de la madre y sus emociones. En general, hay algunos silencios que podrían corregirse desde la omisión o el intercambio por otros recursos, ya que quizá generan ideas equívocas en la audiencia. Si bien los tres actores denotan vocación y entrenamiento, quien se destaca es el sobrino en su papel de Rafael (Lucas Alvarez), mediante la mirada, el trabajo sobre el tono y la intensidad de la voz, y el dominio de todo el aparato fonatorio, incluyendo la boca.
Lo bello de esta obra reside, fundamentalmente, en el vestuario que nos remonta a la antigüedad temporal y simbólica de esta familia. A la vez, es maravilloso el diseño de luces, que acompaña, del mismo modo, esta estética. Además, retomando las interpretaciones, resulta conmovedora la construcción del papel de Rafael, cuyo ápice se vislumbra hacia el desenlace de la puesta.
En relación a posibles ajustes, sería oportuno repensar el libreto en función de un lenguaje más puramente teatral, ya que por momentos se vuelve un poco literario o cinematográfico.
Jugando en un tiempo dormido invita a pensar, reflexionar, compenetrarse y emocionarse, bajo un halo mágico e intrigante. Se puede ver los sábados a las 20:00 h en Teatro Polonia (Fitz Roy 1475).
Ficha Técnico Artístico
Autoría: Jorge Alberto Giglio
Colaboración: Diego Antozzi
Intérpretes: Lucas Alvarez, Emiliano Delucchi, Agustina Saenz
Vestuario: Alicia Guma
Escenografía: Victor De Pilla
Diseño de luces: Lizardo Laphitz
Diseño gráfico: Ramiro Galeliano
Asistencia de dirección: Juan Halac
Producción ejecutiva: Juan Halac
Dirección general: Lizardo Laphitz
Ornella Marando
