El pasado 22 de octubre asistimos a la temporada de estreno de la obra Nada que no quieras, escrita por Fabián Saad y dirigida por Corina Fiorillo. La obra cuenta con la participación de las actrices Mirta Busnelli (Emilia), Inda Lavalle (Brenda), Miriam Odorico (Diana) y Mónica Raiola (Nora).

La obra narra la relación entre cuatro mujeres acostumbradas a la infelicidad. Emilia, madre de Brenda, está a punto de cerrar un ciclo importante en su vida: su jubilación, y para ello prepara un discurso de despedida. Sin embargo, su objetivo se ve interrumpido por la estadía de su hermana Nora, quien ha tenido una recaída en su alcoholismo y necesita ayuda. En casa también se encuentra Diana, su mejor amiga, quien debido a un intento de robo tiene a su mascota hospitalizada. Finalmente, Brenda, hija de Emilia, llega inesperadamente de Canadá dejando atrás un matrimonio infeliz. Todas las mujeres atraviesan una crisis existencial que, en medio del desarrollo de la pieza dramática, explota.
Para la escenografía Nicolás Pol recrea una sala de estar con muebles y mesas, lugares donde cada personaje podrá intentar calmar entre risa y risa su dolor interno. La iluminación es sutil y diseñada por Ricardo Sica donde se crea un ambiente íntimo con reflectores ámbar y unos destellos entre violetas y azules entre cada cambio de escena. La música, compuesta por Tomás Pol tiene una cierta influencia por el western que sugiere una especie de duele físico y emocional, una antesala para la confrontación entre madre e hija.
Cada personaje propone un nuevo conflicto desencadenando una crisis emocional en cada mujer. Es así como todas conocen la muerte del perro de Diana, menos ella. Este será uno de los conflictos iniciales pues muchos juegos y giros dramáticos estarán atravesados por este suceso. Los contrastes entre el pasado y el presente y la serie de decisiones que se fueron tomando a lo largo de la vida de cada una de las cuatro mujeres, permiten el giro entre conflicto y conflicto llevando a cada una a tomar una decisión. Es así como temas como la maternidad no deseada, la crisis matrimonial, la infidelidad, la sexualidad y la soledad, hacen parte de la construcción psicológica de cada personaje. Cada actriz propone un carácter muy cercano a la realidad y a la cotidianidad donde el discurso pesa más que la acción física.
Las actuaciones permiten la creación de un ambiente familiar, donde cada actriz, desde su singularidad, representa la sensación de hastío. Los ritmos dramáticos están liderados por Busnelli, ya que su personaje tiene un objetivo muy concreto en la pieza. La construcción de Odorico simula a un personaje ingenuo, escondido en una coraza frágil, parece que es una mujer que quiere huir, pero su máscara social es la calma y la paciencia. Lavalle lleva el otro foco rítmico pues su personaje es más juvenil y está en constante rebelión contra su madre Emilia. Esta dupla genera ciertos contrastes indispensables para la acción discursiva, donde se rebelan verdades, se transita la emoción y luego se establece el silencio. El personaje que más llama la atención es el papel de Nora interpretado por Railola, quien es representado con tintes cómicos por su adicción, sin embargo, en el trascurso de la pieza la actriz logra un clímax interesante que logra conmover. Su resonador vocal acompañado de ciertos gestos y acciones muy sutiles, logran la explosión de una mujer estigmatizada por su vida sexual y condenada a la soledad del alcoholismo.
Nada que no quieras se presenta en el teatro El Picadero los domingos de octubre y noviembre a las 18hs.
M. Andrea Soto
