Hay noches que te sorprenden aunque sepas que te van a romper los esquemas y artistas que consiguen elevar el listón de las expectativas que ellos/ellas mismas generan. Es el caso de Rozalén. La cantante manchega hizo un repaso maravilloso a las canciones más exitosas de su discografía, y por supuesto, nos presentó el 9 de julio en el WiZink Center El árbol y el bosque, su último disco.

Rozalén confiesa en entrevistas sobre la gira que esta es la que más tiempo lleva preparando, y se nota. Cada detalle está estudiado al milímetro y pensado para una experiencia global sobresaliente. Todo empieza con un anuncio de estación de tren, en el que en diferentes idiomas se nos invita a un viaje por los recovecos del alma de la cantautora albaceteña. El billete también incluye un recorrido por otros continentes, como en La línea, que habla de la inmigración y hasta por su testamento sonoro, en El día que yo me muera. Por supuesto, el recorrido empieza con su tema Este tren. También sonó Que no, que no, la canción que le ha dado su primer Goya a la mejor canción original.
Como ya he dicho, Rozalén es una persona que cuida mucho los detalles. No solo apuesta por regalarnos su música y su voz angelical, sino por abrirnos su corazón en canal para verla tal y como es. Lo mismo te suelta entre canción y canción un ‘Voy un poco cortica de ropa’ que te cuenta cómo saludaba en el concierto del día anterior a su madre. O bueno, al menos eso creía ella… Porque resultaba ser otra señora. Cosas del directo.
Otro de los aspectos a destacar del concierto es la banda que lleva detrás. Todos los instrumentos y profesionales que la componen forman un equipo compacto y preciso que ofrece un espectáculo muy completo. Además, se atreven a cambiar los ritmos originales de los temas grabados con acordes nuevos y atrevidos.
Hablar de Rozalén es hablar de compromiso social. Cuando la oyes, sabes que vas a acudir a una cita con la defensa de los colectivos vulnerables, como por desgracia son los inmigrantes y la comunidad LGTBIQ+. Por supuesto, tampoco faltó su mítico tema ‘La puerta violeta’, en recuerdo y defensa de las víctimas de la violencia de género.
En definitiva, la experiencia de ver a Rozalén en concierto es muy recomendable. Y lo mejor de todo, que su gira ‘El árbol y el bosque’ apenas acaba de comenzar. En este enlace puedes ver cuáles son sus próximas fechas. Yo que tú no me lo perdería. En un tiempo que ha dejado nuestras almas rotas, escuchar a Rozalén es la mejor vacuna para recomponerlas. Como dice en su canción ‘Este tren’: «qué hermosa puedo ver a través de tus ojos la vida». Viva Rozalén!
Ramón Fermín Martínez Avilés
